Es San Juan Pablo II quien ha planteado la cuestión desde una perspectiva inédita, relaciona el genio con la mujer e invita a reflexionar con atención sobre tal tipo de genialidad viendo el genio femenino como la condición para una profunda transformación de la civilización actual.
Podríamos definir el genio femenino como el conjunto de los dones específicamente femeninos como la comprensión, objetividad de juicio, compasión, etc., que se manifiestan en todos los pueblos.
El genio femenino no es una serie de dones extraordinarios encarnado en mujeres extraordinarias. Son dones vividos por mujeres simples que los encarnan en la normalidad del vivir cotidiano, donde se puede encontrar la gran riqueza interior de la mujer. En suma, el genio femenino describe una especial capacidad de amar, propia de la mujer.
Nos ayudará a encontrar nuestro verdadero valora través de nuestro ingenio, nuestra belleza, en nuestras capacidades personales, en nuestra generosidad, nuestra maternidad, en nuestro sexto sentido, talentos, y sensibilidades, que la mayoría de las veces no la vemos ni reconocemos.
Cada mujer debe darse cuenta que el amor es su mayor riqueza y la fuerza que le predomina en su ser, que merece respeto, atención, cuidados y con esa claridad puede ir al llamado de la santidad.Nos ayudará a encontrar nuestro verdadero valora través de nuestro ingenio, nuestra belleza, en nuestras capacidades personales, en nuestra generosidad, nuestra maternidad, en nuestro sexto sentido, talentos, y sensibilidades, que la mayoría de las veces no la vemos ni reconocemos.
Cada mujer debe darse cuenta que el amor es su mayor riqueza y la fuerza que le predomina en su ser, que merece respeto, atención, cuidados y con esa claridad puede ir al llamado de la santidad.