Un apostolado de y para mujeres que ayudará a entender su verdadera identidad en épocas culturalmente difíciles, dando luz y visión del mundo actual, mediante los aprendizajes necesarios que den respuesta a los desafíos que las sociedades presentan y que son muy diferentes a los del pasado, donde la mujer se sentía sola y no sabía a quién dirigirse para conocer “la verdad”, esa verdad que transforma vidas y lleva a Cristo y la luz de Cristo a un mundo que parece rechazarlo hoy.


San Juan Pablo II


A través de su documento sobre la Teología del cuerpo y la defensa a las mujeres, enseñó la importancia de identificar y reafirmar en ellas sin importar país, raza, cultura, contexto social y económico su verdadera vocación y con su “Genio femenino” transformar la cultura en plenitud.

Las mujeres que pertenecemos a “Genio femenino” somos conscientes de la importancia y necesidad de formarnos en la fe. 

Nuestro deseo es conocer más a Dios y prepararnos para evangelizar y contribuir en la consolidación de nuestras familias, apostolados, parroquias y de la Iglesia, dando ejemplo en un mundo que todo lo relativiza y donde los valores éticos y morales cada vez se desvanecen más.

Con nuestro ser de mujer, según el corazón de Dios nos proponemos:

Hoy les quiero hablar sobre “la gracia” tan enorme, que es ser mujer en el mundo y la realidad de hoy.

Es hora de tener una conversación seria entre nosotras, abrirnos a corazón abierto, y darnos cuenta que detrás del maquillaje y el cabello arreglado y vernos lindas, también hay momentos, muchos días que son extremadamente difíciles debido a nuestras hormonas y que de una forma u otra nos llevan a tener cambios de temperamento y nos crean tensiones y conflictos con nosotras mismas y con los demás.

De las mujeres de hoy se espera que sean: hijas, esposas, madres, amas de casa, profesionistas, amigas y que en todo sean perfectas. Estos tiempos de exigencias que no nos muestran “la auténtica verdad de nuestro ser de mujer”, sino que la distorsionan, y provocan que cada día sea más difícil mostrar nuestra verdadera dignidad.

Dios es la fuente de toda novedad en la historia.

Mujer nueva será aquella que más viva llena de Dios y de su Espíritu. Esa mujer nueva por excelencia es María santísima. Ella, en efecto, es la llena de gracia de Dios; ella formó en su seno virginal al Hijo de Dios, hecho hombre para salvarnos, el Hombre nuevo por antonomasia. Toda mujer que busque la verdadera novedad, no efímera ni pasajera sino perenne, ha de mirar a María y verla reflejada en Ella. Ella encarna la Novedad de Dios. Ella es nueva porque es plenitud de gracia, de santidad, de amor, recibida de la fuente inagotable del ser y de la vida que es Dios (María, modelo de la mujer nueva).